Ali Potingues. Así me
llamaba mi madre cuando aún no levantaba dos palmos del suelo.
Y eligió ese apodo porque no había día en el que esta
niña pizpireta no se subiera a su butaca de patas plateadas, la que tenía
frente a la mesa del tocador, para experimentar con alguno de los “potingues”
que ella tenía frente al espejo. Eso sí, siempre a escondidas.
No fueron pocas
las veces que me embadurné la cara con crema hidratante, sérum antiarrugas, aceite facial o con jabón exfoliante….
Sí, con sólo 5 años era una experta en desperdiciar los ansiados tesoros de mi
madre. Y claro, luego salía de la habitación con la cara
completamente cubierta, cuan Señora Doubtfire cuando metía su cara en la tarta
de merengue que guardaba en la nevera, y mi madre, cómo es lógico, ponía el
grito en el cielo y sólo era capaz de decir "¿Qué voy a hacer contigo si pareces Ali Potingues?" :)
Ahí comenzó "la leyenda".
Ahora, ya crecidita, soy yo la que ha alimentado a Ali Potingues con mi pasión por la estética, la belleza y esos "potingues" milagrosos que nos encantan a las mujeres. Y también a
los hombres…
En este blog te revelaré mis secretos y trucos de belleza. ¿Te animas a descubrirlos?
La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
Sócrates
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