viernes, 10 de abril de 2015

La historia de Ali Potingues



Ali Potingues. Así me llamaba mi madre cuando aún no levantaba dos palmos del suelo.

Y eligió ese apodo porque no había día en el que esta niña pizpireta no se subiera a su butaca de patas plateadas, la que tenía frente a la mesa del tocador, para experimentar con alguno de los “potingues” que ella tenía frente al espejo. Eso sí, siempre a escondidas. 

No fueron pocas las veces que me embadurné la cara con crema hidratante, sérum antiarrugas, aceite facial o con jabón exfoliante…. Sí, con sólo 5 años era una experta en desperdiciar los ansiados tesoros de mi madre. Y claro, luego salía de la habitación con la cara completamente cubierta, cuan Señora Doubtfire cuando metía su cara en la tarta de merengue que guardaba en la nevera, y mi madre, cómo es lógico, ponía el grito en el cielo y sólo era capaz de decir "¿Qué voy a hacer contigo si pareces Ali Potingues?" :)

Ahí comenzó "la leyenda". Ahora, ya crecidita, soy yo la que ha alimentado a Ali Potingues con mi pasión por la estética, la belleza y esos "potingues" milagrosos que nos encantan a las mujeres. Y también a los hombres…

En este blog te revelaré mis secretos y trucos de belleza. ¿Te animas a descubrirlos?




La belleza de la mujer se halla iluminada por una luz que nos lleva y convida a contemplar el alma que tal cuerpo habita, y si aquélla es tan bella como ésta, es imposible no amarla.
Sócrates

No hay comentarios:

Publicar un comentario